Cómo pulir metacrilato

A la hora de trabajar con láminas de metacrilato, también conocido como acrilato o PMMA, pueden darse irregularidades en la superficie como, por ejemplo, marcas de la sierra tras cortar las láminas. Estas imperfecciones no son muy deseables por varios motivos. En primer lugar, por motivos estéticos, pero también porque hacen que pegar el metacrilato sea más complicado.

Afortunadamente, pulir metacrilato para que los cantos tengan un buen acabado y las láminas puedan pegarse adecuadamente es una tarea bastante sencilla. Para ello, simplemente necesitarás algunas herramientas básicas y seguir nuestros consejos.

¿Qué necesitas para pulir láminas de metacrilato?

  • Papel de lija de distintos granos (P80, P200, P800)
  • Scotch-Brite o una lana abrasiva similar
  • Discos de pulido / rueda de pulido
  • Taladro con velocidad regulable
  • Pasta para pulir metacrilato
  • Soplete de acetileno o propano (no uses un soplete de butano)

¿Metacrilato extruido o fundido?

Antes de pulir láminas de metacrilato, es importante saber si es metacrilato extruido o fundido. En caso de ser láminas de metacrilato extruido (Plexiglás XT), deberás tener muy en cuenta la presión de lijado y pulido, ya que estas láminas se funden con mayor facilidad, creando un borde pegajoso y viscoso. Por el contrario, esto no sucede con el metacrilato fundido.

Lijando el metacrilato

Las marcas de la sierra que quedan tras cortar el metacrilato se denominan marcas de corte. Estas marcas también se generan después del mecanizado (como, por ejemplo, el fresado). La diferencia entre ellas es su profundidad.
Antes de empezar a quitar estas marcas, debes lijar los surcos más profundos. Empieza trabajando en las marcas de corte con una lija más gruesa (80 granos) y, en caso de ser marcas de mecanizado, opta por una más fina (grano 200).

Lija los cantos de forma recta e igualada y repite este proceso con una lija de grano más fino, pasando de 80 a 200 y a 800. Tras este proceso, tendremos un acabado liso y mate y el canto será mucho más adecuado para poder pegar la lámina. Puedes consultar más información sobre esta tarea en nuestro artículo “pegar metacrilato”.

Cómo pulir metacrilato

Pulir metacrilato

Para conseguir un mejor resultado estético, puedes pulir los cantos hasta que queden transparentes utilizando una pasta de pulido como Zvizzer Pulido de corte grueso y corte fino, un producto diseñado específicamente para tratar metacrilato. También necesitarás un disco de pulido y un taladro. Aplica la pasta en el canto y trabaja suavemente sobre él con el disco de pulido y haciendo una ligera presión. Ve comprobando el resultado a medida que vas puliendo. Puedes ir aumentando gradualmente la presión y la velocidad del taladro, aunque siempre con cautela. Verás cómo poco a poco los cantos se van volviendo cristalinos de nuevo.

Para quitar los arañazos o rayones, lo mejor es usar un producto específico como Xerapol, ya que los granos de este pulimento son más finos que los de la pasta de pulir. Pon un poco de pulimento en un paño y frota suavemente dibujando pequeños círculos alrededor del arañazo. Ve comprobado si el arañazo es cada vez menos perceptible y, en función del resultado, aplica más o menos presión y producto.

Cómo pulir metacrilato

Pulir metacrilato con llama

Para trabajar el acabado de los cantos de la lámina de metacrilato, también puedes utilizar un soplete. Sin embargo, antes debes lijar los bordes como hemos descrito más arriba.

No todos los sopletes son aptos para el pulido con llama, ya que tanto la forma de la llama como el gas influyen mucho en el resultado final. Para el pulido con llama, puedes usar tanto un soplete de propano como de acetileno, ya que su llama alcanza mayor temperatura que en el caso de un soplete de butano. El soplete debe tener un extremo (ajustable) con el que se forme una «llama de lápiz», una forma de llama estrecha.

Una vez lijado el canto del metacrilato, coloca la lámina en una superficie que sea ignífuga. Enciende el soplete y ajusta la llama para que sea estable y no demasiado grande. Como su nombre indica, su tamaño debe ser similar al de la punta de un lápiz.

En el pulido con llama, el cono de la llama (el núcleo brillante y luminoso) no debe tocar el metacrilato.
Dirige la llama hacia el borde y pasa el soplete a lo largo del mismo con un movimiento suave pero no muy lento. Verás que el metacrilato se va fundiendo y entonces se forma una superficie cristalina. Te recomendamos que primero practiques este proceso en un trozo que no vayas a usar.