Un salpicadero para el baño es la solución perfecta para proteger tus paredes del agua que salpica. En zonas como detrás del lavabo, la bañera, el inodoro o la ducha, los salpicaderos son imprescindibles. No sólo evitan daños causados por el agua, sino que también aportan a tu baño un aspecto moderno y limpio. Aquí te contamos qué materiales son perfectos para un salpicadero y cuáles son las ventajas de los diferentes tipos de plástico.
Un salpicadero es un panel que impide que el agua salpique la pared o el suelo, y evita así favorecer la formación de moho y humedades. Generalmente se colocan detrás de lavabos, duchas y bañeras. Estos paneles no sólo proporcionan una máxima protección, sino que además tienen un look moderno. El plástico es ideal para esta aplicación, gracias a su resistencia a la humedad, durabilidad y fácil mantenimiento.
Diferentes tipos de plásticos son aptos para fabricar un salpicadero de baño, pero el metacrilato y el Alupanel / Dibond® son las mejores opciones.
Totalmente impermeable y extremadamente duradero
Fácil de limpiar sólo con un paño húmedo
Ligero y de fácil de montar
Disponible en varios colores y acabados
Requiere poco mantenimiento y es resistente a productos de limpieza fuertes
A la hora de instalar un salpicadero en tu baño, una buena preparación es esencial. Usa las fijaciones adecuadas para evitar fugas, y asegúrate de que la superficie esté limpia y seca. En la mayoría de los casos, un adhesivo de montaje es suficiente para conseguir una fijación sólida. Retira el protector una vez finalizado el montaje.